HISTORIAS

La historia de Faith

En agosto de 2017 Youcanyolé decidió atravesar la frontera de Kenya con muchas dificultades y llegar hasta Tanzania. El objetivo era realizar un medical camp en estas tierras, llegando a las áreas más pobres habitadas por los Masais.

En un principio se trabajó alrededor de Arusha, la segunda ciudad más grande de Tanzania, situada en el norte del país. La población de Matewes y sus barrios más pobres, fueron los elegidos para realizar nuestra actividad asistencial. Tras 3 días de medical camp, los voluntarios se desplazaron hasta la región de Simanjiro, territorio Masai.

Aproximadamente el 68% de los ciudadanos de Tanzania viven por debajo del umbral de la pobreza y el 16% de los niños menores de 5 años están desnutridos. Simanjiro es uno de los 5 distritos de la Región de Manyara Tanzania. Para llegar a Emboreet, se tiene que recorrer un largo camino de tierra y piedras. La zona es pobre, árida y la gente vive del ganado y de la agricultura. La tribu mayoritaria es Masai, pastoril y nómada.

Nuestra ONG desplegó el campamento médico en la población de Emboreet, dentro del territorio Masai. Allí, nuestra contraparte en Kenya, “Los Misioneros del Verbo Divino”, tienen un pequeño dispensario médico con algunas camas, que es atendido por algunas enfermeras locales. Ellas son las únicas que dan asistencia sanitaria a los Masais que habitan en esta región de Simanjiro. En esta pequeña población los misioneros tienen una escuela de enfermería en dónde se forma a personal de la zona. Fue en esta escuela dónde se desplegó nuestro equipo de voluntarios.

Durante el segundo día de trabajo acudió para ser atendida Faith, una joven de unos 20 años con claros signos de desnutrición. Para poder acudir a Emboreet tuvo que realizar un largo recorrido acompañada por su tía porque habían oído que nosotros estábamos allí. Apenas podía caminar cuando llegó a nuestro campamento. Faith refería no poder tomar ningún alimento desde hacía dos semanas. Presentaba vómitos y diarrea de dos semanas de evolución, no toleraba ingerir ni líquidos ni alimentos sólidos, también tenía fiebre y signos claros de deshidratación y desnutrición. Pesaba en aquel momento alrededor de 40 kg. había perdido más de 10 kg. durante esas dos semanas.

Faith fue atendida por los médicos del campamento médico de Youcanyolé, pero aunque se le podía pautar tratamiento de antibioticoterapia oral, antieméticos y antidiarreicos más rehidratación oral, probablemente no los hubiera tolerado. El equipo de médicos de Youcanyolé vio claramente que esa no era la solución definitiva para salvar la vida de la joven. Tras comentar el caso con los sanitarios del dispensario médico de Emboreet, se decidió que Faith debía de ingresar para recibir un tratamiento completo de su patología. Durante el tiempo que duró su ingreso, recibió rehidratación intravenosa, así como también tratamiento antibiótico intravenoso para eliminar la causa que le producía sus vómitos y diarreas.

Adeline, una estudiante Kenyata que entonces estaba cursando 5º de medicina y que se había unido voluntariamente a colaborar con el equipo de Youcanyolé, se quedó encargada de realizar el seguimiento y control de Faith. Ella nos fue dando información de su evolución cuando nosotros ya no estábamos allí. Tras dos semanas de tratamiento, Adeline mandó una foto de ella junto a Faith. Había engordado casi los 10 kilos que había perdido y se encontraba casi recuperada del todo.

La foto que mandó habla por sí misma. Youcanyolé subvencionó económicamente todo el tratamiento y estancia en el dispensario de esta joven, que seguro hubiera muerto si nosotros no hubiéramos estado ese día en aquel recóndito lugar.

Tan solo por haber salvado aquella vida, tuvo sentido todo el esfuerzo realizado por el equipo médico de Youcanyolé para poder llegar hasta territorio Masai.

En aquellos países se vive el presente de forma muy intensa, ellos viven cada día como si fuera el último dado que apenas tienen futuro viviendo en aquellas condiciones. Youcanyolé estuvo aquel día, aquel instante allí para salvar aquella vida, y eso es lo que tiene valor y da sentido a nuestras acciones.